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4.25 ¿Cómo funciona la Planificación Familiar Natural?

La sexualidad

En contraste con la píldora y otros anticonceptivos rechazados por la Iglesia, la planificación familiar natural (PFN) se basa en el control consciente de la fertilidad sexual de una pareja.

Los métodos que monitorean los diversos cambios en el cuerpo de la mujer son más efectivos. La principal diferencia con los anticonceptivos es que con la planificación familiar natural, una pareja opta por una forma responsable, natural y saludable de vivir su amor juntos en el matrimonio .

 

La PFN identifica los signos corporales que indican a la pareja si la mujer está en una fase fértil de su ciclo menstrual, o no.
La sabiduría de la Iglesia

¿Cuándo es moral la regulación de la natalidad?

La regulación de la natalidad, que representa uno de los aspectos de la paternidad y de la maternidad responsables, es objetivamente conforme a la moralidad cuando se lleva a cabo por los esposos sin imposiciones externas; no por egoísmo, sino por motivos serios; y con métodos conformes a los criterios objetivos de la moralidad, esto es, mediante la continencia periódica y el recurso a los períodos de infecundidad. [CCIC 497]

¿Cuáles son los medios inmorales para la regulación de la natalidad?

Es intrínsecamente inmoral toda acción –como, por ejemplo, la esterilización directa o la contracepción–, que, bien en previsión del acto conyugal o en su realización, o bien en el desarrollo de sus consecuencias naturales, se proponga como fin o como medio, impedir la procreación. [CCIC 498]

¿Puede un matrimonio cristiano utilizar métodos de regulación de la fecundidad?

Sí, un matrimonio cristiano puede y debe actuar responsablemente con el don de poder dar vida. 

En ocasiones hay circunstancias sociales, psíquicas y de salud en las que un hijo más podría suponer una gran exigencia para la pareja. Por ello hay criterios claros que los matrimonios deben considerar: la regulación de la fecundidad no quiere decir, en primer lugar, que una pareja excluya por principio la concepción. En segundo lugar, no puede significar que se excluya a los hijos por razones egoístas. En tercer lugar, no puede significar que se dé una presión externa (como, por ejemplo, cuando el Estado decide cuántos hijos está autorizada a tener una pareja). Y en cuarto lugar, no quiere decir que se pueda usar para ello cualquier tipo de medios.[Youcat 420]

¿Por qué no son buenos todos los métodos de regulación de la fecundidad?

Como métodos de regulación consciente de la fecundidad, la Iglesia remite a los métodos perfeccionados de la auto­observación y de la Planificación Familiar Natural / Regulación Natural de la Fecundidad (PFN/RNF). Corresponden a la dignidad del varón y la mujer; respetan las leyes internas del cuerpo femenino; exigen ternura y unas relaciones recíprocas respetuosas y son por ello una escuela del amor.

No es indiferente que un matrimonio recurra a la anticoncepción o que aproveche el ciclo de los días fértiles de la mujer para regular responsablemente, es decir, generosamente la fecundidad. En el primer caso, distorsiona la naturaleza propia de la relación íntima conyugal haciéndola intencionadamente infecunda; en el segundo caso, respeta la integridad de esa relación íntima personal. La Iglesia rechaza la anticoncepción -realizada por medios químicos (la “píldora”), mecánicos (el preservativo), quirúrgicos (la esterilización) y otros (la interrupción del acto)- no tanto por su carácter “artificial”, cuanto porque falsifica la relación personal conyugal privándola de su significado natural propio (ser fecunda). La mentalidad anticonceptiva, que implica una voluntad a ultranza de impedir la fecundidad, puede también afectar al uso de los “métodos naturales”, que entonces también sería ilegítimo. Pero cuando recurre a los mencionados “métodos artificiales” la mentalidad anticonceptiva tampoco se detiene ante los daños que causan a la salud de la mujer, ni ante el carácter abortivo de algunos de ellos (el espiral o la “píldora del día después”), ni ante los diversos trastornos que ocasionan a la vida conyugal. [Youcat 421]

Esto es lo que dicen los Papas

Los centros de métodos naturales de regulación de la fertilidad han de ser promovidos como una valiosa ayuda para la paternidad y maternidad responsables, en la que cada persona, comenzando por el hijo, es reconocida y respetada por sí misma, y cada decisión es animada y guiada por el criterio de la entrega sincera de sí. También los consultorios matrimoniales y familiares, mediante su acción específica de consulta y prevención, desarrollada a la luz de una antropología coherente con la visión cristiana de la persona, de la pareja y de la sexualidad, constituyen un servicio precioso para profundizar en el sentido del amor y de la vida y para sostener y acompañar cada familia en su misión como “santuario de la vida”.  [Papa Juan Pablo II, Evangelium Vitae, 88]