4.27 ¿Qué hay de malo en las pruebas prenatales?
Las pruebas prenatales se llevan a cabo antes del nacimiento. Su objetivo es descubrir en el útero si el niño tiene algún trastorno congénito o discapacidad. Esto es bueno e importante si el objetivo es proporcionar un posible tratamiento médico y curar al niño.
El riesgo para el feto nunca debe ser excesivo: ¡esta vida joven tiene derecho a toda la protección que podemos brindarle! Por lo tanto, está muy mal si se llevan a cabo pruebas prenatales para permitir que los padres opten por un aborto.
¿Se puede abortar a un niño con minusvalías?
No. Abortar a un niño con minusvalías es siempre un crimen grave, incluso cuando se aduce el motivo de ahorrarle a esta persona un sufrimiento en el futuro. [Youcat 384]
¿Se puede investigar con embriones vivos o con células madre embrionarias?
No. Los embriones son seres humanos, porque la vida humana comienza con la unión del espermatozoide y el óvulo.
Considerar a los embriones material biológico, “producirlos” y “consumir” sus células madre para fines de investigación es absolutamente inmoral y entra dentro del mandato “No matarás”. Merecen un juicio diferente las investigaciones con células madre adultas. Porque éstas no provienen de incipientes seres humanos a los que se elimina. Las intervenciones médicas en un embrión son justificables solo si están hechas con la intención de curar, si la vida y el desarrollo intacto del niño están asegurados, y si los riesgos involucrados no son desproporcionadamente grandes. [Youcat 385]
Una atención especial merece la valoración moral de las técnicas de diagnóstico prenatal, que permiten identificar precozmente eventuales anomalías del niño por nacer… Estas técnicas son moralmente lícitas cuando están exentas de riesgos desproporcionados para el niño o la madre, y están orientadas a posibilitar una terapia precoz o también a favorecer una serena y consciente aceptación del niño por nacer… Pero… sucede no pocas veces que estas técnicas se ponen al servicio de una mentalidad eugenésica, que acepta el aborto selectivo para impedir el nacimiento de niños afectados por varios tipos de anomalías. Semejante mentalidad es ignominiosa y totalmente reprobable. [Papa Juan Pablo II, Evangelium Vitae, 63]