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1.2 Hablando en serio, ¿todo lo de Adán y Eva ocurrió realmente?

¿Creación o coincidencia?

Hubo un primer hombre y una primera mujer. El relato de la creación de Adán y Eva no es una crónica exacta de los orígenes de la humanidad, pero habla sobre el uso de nuestra condición humana. Además, nos cuenta mucho acerca de la relación que los seres humanos tienen con Dios y entre sí. La creación de Dios está bien pensada: fuimos creados de acuerdo con un plan. Él ha, por así decirlo, dejado sus huellas dactilares en nosotros, y por ello somos semejantes a él (Gen 1,26).

Por eso, tenemos un sitio particular en la creación, que está relacionado con el encargo de cuidar de toda la creación. Dios nos creó porque nos ama. Debido a que estamos hechos a su imagen y semejanza, cada uno de nosotros tiene un anhelo oculto por Dios en el corazón. Esto nos da la capacidad de amar a Dios y a nuestros semejantes los seres humanos.

 

Hubo un primer hombre y una primera mujer. La historia de Adán y Eva no es una explicación científica de los orígenes de la humanidad, pero habla sobre el uso de nuestra condición humana.
La sabiduría de la Iglesia

¿Tiene el ser humano un lugar privilegiado en la Creación?

Sí. El ser humano es el culmen de la Creación, porque Dios lo creó a su imagen (Gen 1,27).

La creación del ser humano se distingue claramente de la creación de los demás seres vivos. El ser humano es persona, es decir, puede decidir, con su voluntad y su inteligencia, a favor o en contra del amor. [YouCat 56]

¿Qué pide el séptimo mandamiento?

El séptimo mandamiento pide el respeto a los bienes ajenos mediante la práctica de la justicia y de la caridad, de la templanza y de la solidaridad. En particular, exige el respeto a las promesas y a los contratos estipulados; la reparación de la injusticia cometida y la restitución del bien robado; el respeto a la integridad de la Creación, mediante el uso prudente y moderado de los recursos minerales, vegetales y animales del universo, con especial atención a las especies en peligro de extinción. [CCIC 506]

¿Cómo debemos tratar a la Creación?

Cumplimos el designio creador de Dios cuando cuidamos la tierra con sus leyes vitales, su variedad de especies, su belleza natural y sus riquezas renovables, y la conservamos eficazmente como ámbito de vida, de modo que también las futuras generaciones puedan vivir bien en la tierra.

En el libro del Génesis, Dios dice: “Sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se mueven sobre la tierra” (Gen 1,28). Lo de “tener dominio sobre la tierra” no significa tener  derecho absoluto para disponer arbitrariamente de la naturaleza viva y muerta, de animales y plantas. Estar creado a imagen y semejanza de Dios significa que el ser humano se ocupa de la Creación de Dios como pastor y guardián. Porque también se dice: “El Señor Dios tomó al hombre y lo colocó en el jardín de Edén, para que lo guardara y lo cultivara” (Gen 2,15). [YouCat 436]

¿Cómo debemos tratar a los animales?

Los animales son criaturas de Dios como nosotros, a las cuales queremos y con las cuales debemos alegrarnos, como Dios se alegra de su existencia.

También los animales son criaturas sensibles creadas por Dios. Es pecado torturarlos, hacerles sufrir y matarlos inútilmente. Sin embargo, una persona no debe anteponer el amor a los animales sobre el amor a los seres humanos. [YouCat 437]

¿Por qué es importante afirmar que “en el principio Dios creó el cielo y la tierra” (Gen 1, 1)?

Es importante afirmar que en el principio Dios creó el cielo y la tierra porque la creación es el fundamento de todos los designios salvíficos de Dios; manifiesta su amor omnipotente y lleno de sabiduría; es el primer paso hacia la Alianza del Dios único con su pueblo; es el comienzo de la historia de la salvación, que culmina en Cristo; es la primera respuesta a los interrogantes fundamentales sobre nuestro origen y nuestro fin. [CCIC 51]

¿La ciencia hace superfluo e innecesario al Creador?

No, la frase “Dios ha creado el mundo” no es una afirmación superada científicamente. Se trata de una afirmación teológica, es decir, una afirmación sobre el origen y el sentido divino de las cosas (theos = Dios, logos = sentido).

El relato de la Creación no es un modelo explicativo del principio del mundo. “Dios ha creado el mundo” es una afirmación teológica sobre la relación del mundo con Dios. Dios quiso que exista el mundo; él lo acompaña y lo llevará a su plenitud. Ser creado es una cualidad permanente en las cosas y una verdad elemental acerca de ellas. [YouCat 41]

¿Quién ha creado el mundo?

Solo Dios, que existe ante todo más allá del tiempo y del espacio, ha creado el mundo de la nada y ha convocado al ser a todas las cosas. Todo lo que existe, depende de Dios y sólo perdura en el ser porque Dios quiere que exista.

La Creación del mundo es, por decirlo así, una “obra en común” del Dios trino. El Padre es el Creador: el todopoderoso. El Hijo es el sentido y el corazón del mundo: “Todo fue creado por él y para él” (Col 1,16). Sólo cuando conocemos a Jesucristo sabemos para qué es bueno el mundo, y comprendemos que el mundo avanza hacia una meta: la verdad, la bondad y la belleza del Señor. El Espíritu Santo mantiene todo unido; él es “quien da vida” (Jn 6, 63). [YouCat 44]

¿Por qué el libro del Génesis describe la Creación como un trabajo de seis días?

En el símbolo de la semana laboral, que es coronada por un día de descanso (Gen 1,1-2,3), se expresa lo bien, lo hermosa y lo sabiamente ordenada que fue hecha la Creación.

A partir de la simbología de un trabajo de seis días se pueden deducir principios importantes: (1) No hay nada que no haya sido llamado a ser por el Creador. (2) Todo lo que existe es bueno según su naturaleza. (3) También lo que se ha transformado en malo tiene un núcleo bueno. (4) Los seres y cosas creados son interdependientes; y se complementan. (5) La Creación, en su orden y armonía, refleja la extraordinaria bondad y belleza de Dios. (6) En la Creación hay una jerarquía: el ser humano está por encima del animal, el animal por encima de la planta y la planta por encima de la materia inerte. (7) La Creación está orientada a la gran fiesta final, cuando Cristo venga a buscar al mundo y Dios sea todo en todos. [YouCat 46]

¿Por qué descansó Dios en el séptimo día?

El descanso de Dios apunta a la consumación de la Creación, que va más allá de todo esfuerzo humano.

Por mucho que el hombre trabajador sea el socio menor de su Creador (Gen 2,15), tanto menos puede él salvar la tierra mediante su esfuerzo. La meta de la Creación es “un nuevo cielo y una nueva tierra” (Is 65,17) mediante una redención que nos es concedida. Por eso el descanso dominical, que es un anticipo del descanso celestial, está por encima del trabajo que nos prepara para ello. [YouCat 47]

¿Para qué creó Dios el mundo?

“El mundo ha sido creado para la gloria de Dios” (Concilio Vaticano I).

No hay ninguna otra razón para la Creación más que el amor. En ella se manifiesta la gloria y el honor de Dios. Alabar a Dios no quiere decir por eso aplaudir al Creador. El hombre no es un espectador de la obra de la Creación. Para él, “alabar” a Dios significa, juntamente con toda la Creación, aceptar la propia existencia con agradecimiento. [YouCat 48]

Esto es lo que dicen los Padres de la Iglesia

Si comprendemos fiel y sabiamente el comienzo de nuestra creación, encontraremos que el hombre fue hecho a imagen de Dios, para que pueda imitar a su Creador; y para que nuestra raza alcance su más alta dignidad natural, por la forma de la bondad divina, y se refleje en nosotros como en un espejo. Y seguramente, de esta forma, la gracia del Salvador nos restaura diariamente, mientras que lo que en la  primera Adán cayó, se levante en la segunda. [San León el Grande, Sermones, No. 12: 1 (ML 54, 168)]

Esto es lo que dicen los Papas

El lenguaje simbólico de la Biblia nos dice que antes de alejarlos del jardín del Edén, Dios le hizo al hombre y a la mujer túnicas de piel y los vistió (cf. Gen 3, 21). Este gesto de ternura significa que, incluso en las dolorosas consecuencias de nuestro pecado, Dios no quiere que permanezcamos desnudos y abandonados a nuestro destino de pecadores. [Papa Francisco, Audiencia General, 16 de septiembre de 2015]